jueves, 22 de diciembre de 2011

Las flechas en la aljaba (XVI) Mi casa, ¿es digna de Dios?

Nuestra vida la organizamos ordinariamente alrededor de las cosas materiales


Vivimos continuando la inercia de lo que hicimos ayer, de lo que hicimos el mes pasado, de lo que hicimos antes en nuestra vida, sin pararnos a pensar, si comprobar si necesitamos cambiar algo.


¿Hemos dejado espacio a Dios en nuestras vidas?


Todo lo que nos rodea y lo que somos, ¿es digno de Dios?


Si María y José estuviesen buscando un lugar para convertirlo en el hogar del Niño Jesús, ¿elegirían nuestra casa y todo cuanto ésta contiene y representa?


Madre Teresa de Calcuta


Enlaces relacionados:
La Cruz permanece
Sólo yo decido
Fidelidad hasta la muerte

sábado, 17 de diciembre de 2011

El retrato de nuestra alma

Hace pocos días estaba viendo la versión antigua de la película "El retrato de Dorian Grey". Muchos podréis pensar qué tiene esto que ver con nuestra fe o con la religión, pero el hecho es que a mí me llevó a una reflexión que me gustaría compartir con vosotros.

El personaje de la película vende su alma al diablo para conservarse físicamente tan joven y bello como aparece en un retrato que le había hecho un famoso pintor. En esa "venta" su alma queda traspasada al cuadro y es éste el que envejece.

Si embargo otro fenómeno curioso ocurre con el retrato y es que también muestra toda la degradación moral que Dorian va sufriendo al llevar una vida disoluta y corrupta.


Hasta tal punto el retrato se vuelve repugnante que el mismo Dorian se siente tentado de cambiar su vida para  ver si puede cambiar esa horrible pintura. Sin embargo debido a la naturaleza del pacto con el diablo eso ya no es posible.

Yo pensé, ¿y si cada uno de nosotros tuviésemos un cuadro de nuestra alma, donde se fuesen reflejando todos y cada uno de nuestros pecados?. ¿Qué supondría en nuestras vidas el ver como el pecado nos degrada y estropea ese alma pura y limpia que tenemos en el momento de nuestro bautizo, cuando ya hemos sido librados del pecado original?

Creo que a muchos de nosotros nos haría cambiar y querer ser mejores. Intentaríamos conservar nuestra alma tal como Dios nos la regaló, aunque sólo fuera por no ver nuestra propia fealdad, esa que sólo Él puede ver, la verdadera, la que los demás no ven.

 A diferencia del personaje de la película nosotros sí que tenemos un medio para librarnos de esa fealdad: el sacramento de la penitencia.

 Acerquémonos al confesionario, pidamos sinceramente perdón a Dios, cambiemos nuestras vidas, para que Él pueda siempre vernos limpios e intachables, a imagen y semejanza suya, tal como nos creó.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Pensamientos (XXX): Beato Juan XIII

"Cuando esta noche lleguéis a vuestras casas, dadle un beso a vuestro hijos y decidles: Este beso es del Papa, que os ama..."


Beato Juan XXIII

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Tradición como fuente de la Revelación

La Iglesia dice desde sus comienzos que las fuentes de la Revelación para nosotros son la Sagrada Escritura y la Tradición. Es decir, lo que conocemos de Dios lo hemos recibido a través de estos dos medios.


La Sagrada Escritura es el conjunto de libros del Antiguo Testamento (que la Iglesia recibió) y los del Nuevo Testamento (que nacieron en el seno de la propia Iglesia).


Para la definición de lo que es Tradición acudimos al Catecismo de la Iglesia:


n. 76 La transmisión del Evangelio, según el mandato del Señor, se hizo de dos maneras:
- oralmente: "los apóstoles con su predicación, sus ejemplos, sus instituciones, transmitieron de palabra lo que habían aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espíritu Santo les enseñó".
- por escrito: "los mismos apóstoles y los varones apostólicos pusieron por escrito el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo".


n.78 Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo, es llamada Tradición en cuanto distinta de la sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella...


Es decir, por Tradición, entendida como fuente de la divina Revelación, entendemos todo aquello que la Iglesia recibió de los Apóstoles oralmente, basado en las enseñanzas que ellos habían recibido directamente del Maestro, y sólo esto.


La palabra Tradición procede del latín traditio, lo que se entrega.


Seguimos al Catecismo:


n. 83 La Tradición de que hablamos aquí es la que viene de los Apóstoles y transmite lo que éstos recibieron de las enseñanzas y del ejemplo de Jesús y lo que aprendieron por el Espíritu Santo. En efecto, la primera generación de cristianos no tenía aún un Nuevo Testamento escrito, y el Antiguo Testamento mismo atestigua el proceso de la Tradición viva.


Y el Catecismo recalca en el mismo número 83:


Es preciso distinguir de ellas las 'tradiciones' teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales nacidas en el transcurso del tiempo en las Iglesias locales. Estas constituyen formas particulares en las que la gran Tradición recibe expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las diversas épocas. Sólo a la luz de la gran Tradición aquéllas pueden ser mantenidas, modificadas o también abandonadas bajo la guía del Magisterio de la Iglesia.


Por tanto, Tradición sólo es la enseñanza oral recibida de los Apóstoles. Si la misa ha de celebrarse según un rito u otro, no es Tradición. Si el sacerdote debe vestir de una manera u otra, no es Tradición. 


Todo eso son tradiciones insertas en la Historia, y por ello, mudables según la prudente opinión del Magisterio de la Iglesia.


Muchas personas confunden estos conceptos y piensan que una determinada forma de vestir o actuar debe ser mantenida porque forma parte de la "Tradición de la Iglesia", pero no es completamente cierto eso.


Enlaces relacionados:
Catecismo de la Iglesia

viernes, 2 de diciembre de 2011

Las flechas en la aljaba (XV): la Cruz permanece

Hoy traigo una flecha para incorporar a nuestros pensamientos constructivos, para crecer en la fe y tenerlos a mano en los momentos de duda o indecisión.


Stat Crux dum volvitur orbis


Traducción: La Cruz permanece mientras el mundo gira (o la Cruz no cambia mientras el mundo sí)


(Divisa de la Orden Cartuja)


No podemos gobernar el mundo. Pero sí podemos gobernarnos a nosotros mismos.
¿Qué hacemos a diario con nuestros pensamientos?
¿Dejamos que campen a sus anchas?
¿Sentimos la necesidad de poner algunos límites al inmenso campo de nuestra mente?
¿Poseemos a nuestros pensamientos o ellos nos poseen a nosotros?
¿Nos volvemos esclavos de ellos?
¿Pensamos para aclarar nuestras ideas o para liarnos aún más y volver a empezar?


Sugerencia: instalar una gran Cruz en el centro de ese inmenso campo que nos sirva de referencia, para que cuando nuestra mente divague, nos sirva de faro para regresar a lo que es sólido en nuestras vidas, a lo que no cambia, a lo que permanece para nuestra seguridad y refugio.







domingo, 27 de noviembre de 2011

Citas Bíblicas que deberíamos leer los católicos (X): la salvación es para mi casa

Hechos de los Apóstoles 11, 13


Pedro habla en primera persona:


"... En aquel preciso momento llegaron a la casa donde estábamos tres hombres enviados desde Cesarea en busca mía. Entonces el Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron estos seis hermanos y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: 'Manda recado a Jafa y haz venir a Simón, llamado Pedro; él te dirá palabras que traerán la salvación a ti y a tu casa'..."


Siempre pensamos que la salvación es algún logro individual que nos corresponde, de manera similar al premio que merece el atleta por sus esfuerzos en la carrera.


Y pensamos que, igual que el atleta, el premio es personalísimo.


Pero la salvación no se funda en otra cosa sino en la misericordia divina. Nadie, ni el mayor de los santos, podría comparecer ante Dios y exigir su cuota de salvación como algo que le es debido.


Ninguno nos ganamos nuestra propia salvación como si fuera un logro personal, sino que Cristo nos la ganó con su entrega y sacrificio. Nosotros, con nuestras obras, nos adherimos a la persona y a la salvación ganada por Cristo.


Sin obras no hay salvación, del mismo modo que sin obras no hay amor. El "amor teórico" no existe, sino que ha de transmitirse y manifestarse en obras. Ese "amor teórico" en realidad no es amor. (St 2, 14ss)


Pero además, el ángel es claro: "... él te dirá palabras que traerán la salvación a ti y a tu casa...". La salvación no es algo meramente individual. Si Dios me promete la eterna felicidad, parece que esa felicidad no sería tal si no pudiera gozarla junto a mis seres queridos.


Este es un gran misterio, pero es así. Nosotros podemos hacer algo por la salvación de nuestros seres queridos: amarles, darles testimonio de fe y rezar por ellos y por su salvación, en vida y después  de su tránsito.


Santa Mónica oró durante casi 20 años por la conversión de su hijo San Agustín. Y sus oraciones consiguieron lo que tanto anhelaba.


Valoremos, hermanos, este don tan precioso y pongámoslo por obra: recemos por los que tenemos cerca de nosotros, por nuestros hijos, padres, hermanos, familiares, amigos. A ellos nos debemos y podemos hacer algo por su salvación.


Enlaces relacionados:
Misterio tremendo: la salvación que depende de nosotros
Ayunar sí es amar
El sentido del sacrificio

martes, 22 de noviembre de 2011

Pensamientos (XLV): Beato Juan Pablo II: ¿Qué quiere verdaderamente Cristo?



¿Qué quiere verdaderamente Cristo?
Jesús nos pide que nos comprometamos a proclamarlo a nuestros semejantes.
No tengáis miedo, porque Jesús está con vosotros.
No tengáis miedo de perderos.
Cuanto más seamos capaces de darnos a nosotros mismos, más sabremos encontramos a nosotros mismos.


Beato Juan Pablo II, el Grande


Enlaces relacionados:
Negación
¿A qué se parece el amor?
El perdón y la gratitud

jueves, 17 de noviembre de 2011

Amar en la diferencia

Jesús me pide que ame al prójimo, al próximo, al que tengo cerca.


Pero al que tengo cerca lo conozco bien, sé sus virtudes, pero también sus defectos.


Conozco su forma de ser, y no coincide completamente con la mía.


A él le gusta una cosa y a mí me gusta otra. 


Si no me saluda como yo esperaba, creo que no lo hace bien.


Si no obra como yo espero de él, creeré que no es suficiente buena persona.


Si se viste de una manera distinta a como yo lo haría, lo criticaré e intentaré ridiculizarlo porque en el fondo, quien tiene la razón, soy yo.


Estaré siempre presto a juzgarle, a veces con severidad y dureza, como si no me importara.


Pero después de todo esto, yo no tengo nada en contra de él. 


Si tuviera que ayudarle en algún aspecto de su vida, seguro que lo haría.


Si le ocurriera algo grave, seguro que me disgustaría y compartiría con él sus penas y tristezas para aliviarlo en la medida de mis posibilidades.


¿Qué me ocurre entonces?


Quizás lo que me ocurra es que no le perdono que sea diferente a mí.


Si aceptara que en la vida puede haber personas que no tengan mis gustos y que son tan valiosas a los ojos de Dios como yo, relativizaría muchos de mis esquemas en los que pretendo encajar a los demás continuamente.


¿Y si dejara de pretender que todo el mundo fuera como yo?


¿Y si aceptara que Dios nos ha creado a todos con un pincel especial, y que no todos los pinceles hacen los mismos trazos pero sirven para crear cuadros igualmente bellos?


¿Y si aceptara que yo puedo santificarme desde mi forma de ser, y mi prójimo también puede santificarse desde la suya? ¿Acaso no es cierto que TODOS estamos llamados a santificarnos, pero no existe una santificación estándar para todos?


¿Y si aceptara que es igualmente válido el mensaje cristiano de salvación y propia santificación para una persona que ha vivido el sufrimiento en su propia piel, que para la persona que no ha tenido que padecer esos trances?


¿Y si aceptara que Dios me pide A MI que me santifique desde mi situación, desde mi forma de ser, desde mi historia, desde mi infancia vivida, desde mis problemas para convertir todas esas dificultades en bienes, para mí y para los que me rodean? ¿No es este, acaso, el reto de la santificación?


¿Y si aceptara que todos, desde nuestras diferencias personales, tenemos al mismo Dios como Padre?


Si aceptara todo esto en mi vida, quizás le perdería el miedo a amar al prójimo, porque no lo vería como una amenaza para mi manera de ver el mundo, sino como un hermano, hijo del mismo Padre, semejante a mí pero con una identidad distinta a la mía.


Enlaces relacionados:
¿Es lo mismo enamorarse que estar enamorados?
¿Cómo amo?
Cristo y la Cruz

sábado, 12 de noviembre de 2011

Las flechas en la aljaba (XIV): ¿en quién pongo mi mirada?

Los profesores en el ramo de la enseñanza en la conducción de automóviles recomiendan frecuentemente a sus alumnos que cuando se encuentren un obstáculo en su camino, en la carretera o algo aparezca de manera imprevista, que no fijen su mirada en él, que la aparten y busquen el hueco por donde escapar al choque fortuito.


Está comprobado que si, ante un imprevisto, ponemos nuestra mirada y nuestra atención en aquello que nos sorprende y nos sobresalta, inevitablemente terminaremos chocando con el obstáculo. Es un mecanismo psicológico el que nos conduce a aquello hacia lo que dirigimos nuestra mirada.


En la vida espiritual, si fijo mi mirada en Dios me veré conducido hacia Él, pero si me fijo en todo lo malo que me rodea, en mis tentaciones (tan vistosas y tan aparentemente placenteras y seductoras) inevitablemente seré conducido hacia ellas.


Quiero tener puesta mi mirada en Tí, Señor, siempre


Enlaces relacionados:
La unción de los enfermos, perdona los pecados
Sobre el camino de Emaús
La Cruz, el árbol de la vida

lunes, 7 de noviembre de 2011

Pensamientos: Fray Juan de Bonilla



Que vuestra voluntad esté siempre preparada para cualquier eventualidad.

Y que vuestro corazón no se esclavice a nada.

Cuando experimentéis algún deseo, hacedlo de un modo que no sufráis en caso de fracaso, sino mantened el espíritu tan tranquilo como si no hubieseis anhelado cosa alguna.

La verdadera libertad consiste en no apegarse a nada. Desprendidos de este modo, Dios busca vuestra alma para realizar en ella cosas grandiosas.


Fray Juan de Bonilla, 'Breve tratado donde se declara cuán necesaria sea la paz del alma', 1580.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Tradición versus Solo Biblia, por Frank Morera

Para aclarar la relación entre la Tradición y la Biblia, estos videos presentados por Frank Morera sirven de herramienta muy valiosa. Van dirigidos especialmente a quienes quieran conocer la doctrina sobre la Tradición en la Iglesia Católica contra la doctrina protestante o evangélica.

Cada video tiene una duración de 10 minutos:

Tradición vs Solo la Biblia (1/5)
Tradición vs Solo la Biblia (2/5)
Tradición vs Solo la Biblia (3/5)
Tradición vs Solo la Biblia (4/5)
Tradición vs Solo la Biblia (5/5)


Enlaces relacionados:
Catequesis sobre los Concilios Ecuménicos, por Frank Morera
'Catecumenado', por Frank Morera
Catequesis sobre la Eucaristía, por Frank Morera

viernes, 28 de octubre de 2011

Pensamientos (XLIV): San Francisco de Sales

 
Cómo conseguir la paz.

Hagamos tres cosas, muy querida hija, y conseguiremos la paz: tengamos la completa y pura intención de buscar en todas las cosas la honra de Dios y su gloria; hagamos lo poco que podamos con este objeto siguiendo los consejos de nuestro padre espiritual, y dejemos que Dios se encargue del resto.

¿Por qué se angustia el que tiene a Dios como objeto de sus intenciones y hace lo que puede? ¿Qué tiene que temer? No, no; Dios no es tan terrible con los que ama; se contenta con poco porque sabe muy bien que no tenemos mucho. Sabed, querida hija, que en la Sagrada Escritura el Señor recibe el nombre de Príncipe de la Paz, y que, por lo tanto, donde es el dueño absoluto reina la paz.

No obstante, es cierto que, antes de poner paz en un lugar, es preciso luchar, separar el corazón y el alma de los afectos más queridos, familiares y ordinarios, es decir el amor desmesurado de uno mismo, la confianza en uno mismo, la complacencia en uno mismo y afectos semejantes.

Ahora bien, cuando el Señor nos separa de esas pasiones tan amables y queridas, parece que nos destroza el corazón, y surgen sentimientos de amargura; el alma se debate hasta casi no poder más, pues tal separación es dolorosa.

Pero toda esa lucha del alma es pacífica, pues en definitiva, aunque abrumados por esa aflicción, no por ello dejamos de depositar nuestra voluntad resignada en la de Nuestro Señor y la mantenemos allí, clavada en ese divino deseo, sin abandonar nuestras obligaciones y su cumplimiento, sino realizándolas animosamente.

San Francisco de Sales, carta a la abadesa del Puy d'Orbe.

martes, 25 de octubre de 2011

Las flechas en la aljaba (XIII): Sólo yo decido

J.R.R. Tolkien fue un escritor católico que iluminó con su genialidad y sabiduría lingüística una de las mejores páginas de la literatura moderna.


En su celebérrima obra "El Señor de los Anillos" nos dejó diversas pinceladas de reflexiones, en una de las cuales quiero fijarme hoy.


En la versión cinematográfica dirigida por Peter Jackson, al terminar la primera parte, el personaje protagonista Frodo contempla con dolor los sucesos de muerte y destrucción que ha traído a todos la posesión del anillo.


Con un pensamiento propio del que se ve envuelto en desgracias y penalidades no buscadas, exclama:


Ojalá el anillo nunca hubiera llegado a mí.
Ojalá nada de esto hubiera ocurrido.


Su amigo el mago Gandalf lo asiste en su pesar y le contesta con las siguientes palabras:


Eso desean quienes viven estos tiempos, pero no les toca a ellos decidir.
Sólo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado.


Bellas palabras que nos hablan al corazón: muchas veces protestamos de lo que pasa hoy en día, de los momentos tan difíciles para la fe que nos ha tocado vivir; nos rodean tentaciones de vida fácil por todos lados y nos vemos atacados casi a diario. Pero, ¿qué haces tú y qué hago yo para solventar esto? Ante la ola de imposiciones pro-abortistas, ¿qué hago yo en mi entorno para defender la vida, por ejemplo? ¿Intento pasar desapercibido para no desentonar?


Nuestra misión como católicos, ¿consiste sólo en quejarnos o en poner por obra el Reino de Dios?


Yo soy dueño de mi vida y puedo elegir entre el bien y el mal. ¿Qué estoy haciendo al respecto? ¿Qué hago con el poder que Dios me ha concedido, el poder de amar?


Yo puedo decidir qué hacer con mi vida

Enlaces relacionados:
¿En quién me fijo: en Cristo o en el mal?
Las Flechas en la Aljaba, de un vistazo

sábado, 22 de octubre de 2011

Sólo el amor vence



Sólo el amor vence.... ¡sólo!. En nuestra vida podremos vencer, pero si no ha sido con amor, por amor, y viviendo y descansando en el amor de Dios, no hemos vencido; hemos sido derrotados por el Maligno. Y aunque parezca que hemos sido derrotados, aunque parezca que estamos acabados y varados en la orilla, si en nuestra vida hay amor, hemos vencido. Cristo ha vencido en nosotros.
 Pablo Domínguez Prieto

 Qué ciertas  son estas palabras que el joven sacerdote Pablo Domínguez dirigió durante unos ejercicios espirituales a las monjas de clausura del monasterio de Tulebras (España). Sólo con y en el amor de Dios podemos superar las pruebas  a las que estamos sometidos, en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir.


Ellas me llevan  asímismo a meditar sobre éstas que escribió el apóstol San Pablo  a los corintios:


Por eso no nos acobardamos, sino que cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día. Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria ya que  no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto lo que se ve es transitorio, lo que no se ve  es eterno
 2 Corintios 4, 16-17

Seamos y mantengámonos fuertes en la fe y en el amor pues si Dios está con nosotros ¿quién podrá vencernos?.


Enlaces relacionados:
Amar en la diferencia
¿A qué se parece el amor?
¿Cómo amo?

miércoles, 19 de octubre de 2011

Citas Bíblicas que deberíamos leer los católicos (IX)

La bendición de los hijos de Israel (Nm 6, 22-26)


El Señor habló a Moisés: "Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:


"El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro
y te conceda la paz".


Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré".


La bendición por antonomasia del Antiguo Testamento. La bendición del Dios de Israel. El rostro de Dios, su favor, la paz ... qué mejores dones para invocar del que todo lo puede.


Enlaces relacionados:
Conclusión del evangelio de San Juan

domingo, 16 de octubre de 2011

Las flechas en la aljaba (XII): negación.



El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y me siga.


El seguimiento a Jesús no es algo banal y superficial.  Las condiciones del seguimiento empiezan por negarte a tí mismo. ¿Esto quiere decir que Jesús me pide que me anule, que no sea nada, que no significo nada para Él? No, ni mucho menos. Jesús nos recuerda que vivir tiene que ser una entrega, que no se puede amar de verdad si estoy pensando todo el día en mí.


Pero lo segundo parece más duro: ¿cargar con una cruz, con mi cruz? Jesús no dice: "cargue con una cruz" o bien "cargue con la cruz", sino que dice "cargue con SU cruz". El Señor sabe que todos tenemos alguna cruz, grande o pequeña, llevadera o terriblemente insoportable, la misma desde que éramos pequeños o más reciente.


Jesús nos propone la curación y nos dice que tenemos que cargar con nuestra cruz. ¿Has probado alguna vez cuando algo se te hace abrumadoramente doloroso, convertir ese dolor en la cruz que dice Jesús y CARGAR con ella? 


Te aseguro que cuando pienses en esto y ores, verás como es Jesús quien te está ayudando a cargar tu cruz, y cómo esa cruz comienza a pesar menos. Tremendos efectos de la medicina divina.


Enlaces relacionados:
La Cruz permanece...
Sólo yo decido.
Dios es lo único importante

jueves, 13 de octubre de 2011

¿A qué se parece el amor?

¿A qué se parece el amor?
El amor tiene manos para ayudar a los demás.
El amor tiene pies para ir junto a los necesitados y los pobres.
El amor tiene ojos para ver la miseria y la pobreza.
El amor tiene oídos para escuchar los lamentos de los hombres.
A eso es a lo que se parece el amor.
San Agustín


Amar no es teoría ni abstracción.

Amar no es ser elocuente ni brillante.

Amar no es razonar o pensar con profundidad en las cosas.

Todo eso está bien y es necesario, porque nuestra condición humana está dotada de esas características.

Amar es seguir los pasos de Jesús. Por eso, todos, sin distinción, estamos llamados a amar.

Enlaces relacionados:
Cinco reflexiones sobre el amor
El amor visto por los niños
El retrato de nuestra alma

lunes, 10 de octubre de 2011

Las flechas en la aljaba (XI): Venid a mí...


Venid a mi los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré


Venid a mí: Jesús nos llama a su lado. Sabe que cuando estamos con Él todo nos va mejor


los que estáis cansados y agobiados: Jesús sabe a ciencia cierta que la vida nos cansa, que los problemas nos agobian, que nuestros pensamientos descarriados nos llevan a veces por senderos inexplorados de nuestra mente a callejones sin salida.


que yo os aliviaré: Jesús es el remedio de nuestros males.


Tengamos estos pensamientos presentes en la tribulación y la angustia. ¿Acudimos a Jesús cuando nos agobiamos, o pensamos en otras cosas que nos afligen aún más


Es muy frecuente que nos acordemos de Dios sólo en los malos momentos, pero ¿nos acordamos de Él para que nos resuelva nuestros problemas o buscando en Él la medicina que nos sane?

viernes, 7 de octubre de 2011

Pensamientos (XLIII): El hombre insignificante

Cuando Cristo se oculta, y retira el fulgor y el calor de su luz... el hombre comienza a lamentarse de su desdicha. 
¿Dónde se han ido el ardiente amor, la interioridad, la gratitud, la gozosa alabanza?
¿Cómo ha perdido el consuelo interior, la íntima dicha, el sensible sabor?
¿Cómo han podido morir en él los violentos arrebatos del amor y todos los demás dones que antes sentía?
Y se siente como un pobre ignorante que ha perdido todo el fruto de sus esfuerzos y trabajos. Y a menudo, su vida natural se ve turbada por tal pérdida.
A veces estos hombres desdichados se ven también privados de sus bienes terrenales, de amigos y parientes; y son abandonados por todas las criaturas: su santidad no es conocida ni valorada, los hombres hablan mal de sus actos  y de su vida, y son despreciados y rechazados por quienes les rodean.
Y a veces caen enfermos de diversas dolencias y son presa de tentaciones corporales; o, lo que es peor, de tentaciones del espíritu.
De este abatimiento surge el miedo a la caída y la desconfianza. Éste es el momento supremo en que un hombre debe mantenerse firme sin caer en la desesperación.


Beato Juan Ruysbroeck


Una recomendación personal para el generoso amigo que lee estas líneas: de mi lectura de esta reflexión he experimentado que las palabras de este texto contienen todas una gran carga semántica: no sobra ni falta nada. 
Cada descripción que hace el autor tiene una gran profundidad y parece haber sido meditada con extraordinaria exhaustividad.
Quizás debamos nosotros prestar dicha profundidad a nuestra lectura del texto para que nos aproveche al máximo.


Enlaces relacionados:
Pensamientos: Romano Guardini
Pensamientos: Blaise Pascal
Jesús muere en la Cruz, árbol de vida



martes, 4 de octubre de 2011

Citas Bíblicas que deberíamos leer los católicos (VIII)

Avergüénzate de ciertas cosas, viene a decirnos el texto bíblico de hoy. Leamos este fragmento que data de unos 2500 años de antigüedad:


Cosas de las que tienes que avergonzarte (Eclo 41, 14-27)


Así pues, os voy a decir de qué tenéis que avergonzaros:
porque no está bien avergonzarse de cualquier cosa,
aunque no todos aprecian por igual las mismas cosas.


Avergüénzate ante tus padres de una conducta inmoral;
ante el jefe y el poderoso, de la mentira;
ante el juez y el magistrado, del delito;
ante la asamblea y el pueblo, de la iniquidad;
ante el compañero y el amigo, de la deslealtad;
ante los vecinos, del robo;


y ante la verdad de Dios y la alianza,
de poner los codos sobre los panes,
de despreciar lo que recibes y lo que das,
de no contestar a quienes te saludan,
de mirar a una prostituta,
de dar la espalda a tu pariente,
de apropiarte de la parte de otro o de su regalo,
de poner los ojos en una mujer casada,
de tener intimidades con la criada
-¡no te acerques a su cama!-,
de insultar a los amigos,
-¡no les eches en cara lo que les has dado!-,
de repetir lo que oyes a los demás
y de revelar secretos.


Así serás verdaderamente respetable,
y hallarás el favor de todos.


Enlaces relacionados:
La ofrenda de Melquisedec
Cosas de las que no hay que avergonzarse
Conclusión del evangelio de San Juan

sábado, 1 de octubre de 2011

Las flechas en la aljaba (X): la honestidad

Muchos problemas nos acechan por todos lados. La mayoría son de índole económica
Tenemos la tentación de quedarnos con un cambio de moneda equivocado, de defraudar en los impuestos justos, de sisar o escamotear aquéllo que tenemos a nuestro alcance y que nadie terminará por enterarse. 
¿Es esto lo que debemos hacer? 


¿Debemos convertirnos en deshonestos
porque la vida sea dura?


Si la primacía no la ostenta en nuestras vidas nuestros principios, ¿a quién la entregaremos? 
Si hoy cedemos ante un problema de la vida y entregamos nuestra honestidad, mañana ¿qué no haremos?
Si mercadeamos con nuestros principios en lo poco, ¿qué no transigiremos el día de mañana en lo mucho?
Si no nos mira nadie, ¿perseveraremos en la fidelidad a nuestros principios?

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Las Crónicas de Narnia, ¿un libro y una película con trasfondo cristiano?

"Las crónicas de Narnia" es una serie de siete libros escritos por el autor inglés C.S. Lewis, en los que narra las aventuras de cuatro hermanos, los Pevensieve que son transportados en distintos momentos de sus vidas a un mundo fantástico llamado Narnia
Hasta ahí nos puede parecer algo normal en una historia más de ciencia ficción, pero lo que más llama la atención de estos relatos es el profundo trasfondo cristiano presente en ellos, sobre todo teniendo en cuenta que el autor era un agnóstico convertido después al cristianismo gracias a la influencia de su amigo, el gran escritor y filólogo J. R. R. Tolkien (autor de "El Señor de los anillos")
Podemos ver ese trasfondo cristiano en los siguientes ejemplos:
- El león Aslan crea el mundo de Narnia con el poder de su palabra.
- Se inmola  y resucita en la segunda historia para salvar ese mundo que él ha creado.
 -Apenas interfiere en las aventuras de los niños, dejándoles la libertad de tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de sus actos, aunque aparece en momentos de gran necesidad.
- El último libro es una recreación del Apocalipsis, cuando después de la aparición de un falso Aslan, llega el verdadero y juzga a todos según sus méritos y sus actos. 
- También el mal está presente en este mundo, en diversas formas, pero los niños con ayuda del león siempre logran vencerlo.
Sumergirse en la lectura de estos cuentos es una aventura fascinante, no sólo para los niños sino también para los adultos. En tiempos en los que los valores cristianos son denostados y ridiculizados, acerquémonos a esta obra maravillosa y descubrámoslos en ella.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Te escuchamos

Con estas palabras la juventud del mundo recibía a S.S. Benedicto XVI el pasado mes de Agosto.
Con esas mismas palabras nos acercamos al Santo Padre para nutrirnos en la fe y en vida espiritual para nuestro caminar.
Pero no basta con escuchar. Es necesario que nos dejemos cambiar por la Palabra de Dios, sin desanimarnos, sin perder la paz, obstinados en amar.
Escuchar es el primer paso; nos queda andar por la vida de acuerdo con Jesús, con su ayuda y su misericordia.
Estas imágenes nos ayudan a recordar aquellos momentos y actualizarlos para que su mensaje quede impreso en nuestras mentes.



Enlaces relacionados:

domingo, 25 de septiembre de 2011

Pensamientos (XLII): San Agustín



Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti.
San Agustín


El acto creador es un regalo de Dios

Y en ese regalo va implícita la libertad, porque si no hay libertad, no hay verdadero amor

Y Dios, que es el Amor perfecto, no puede crear nada imperfecto.

Hemos sido creados por el Amor para amar.

La imperfección en el amar nace de nuestra libertad, no de Dios. 

La libertad conlleva un riesgo y una responsabilidad

Y la libertad, como parte de nuestro ser creado, será la que nos lleve a la salvación o a la condenación.

No hemos cooperado a nuestra creación por ser un acto que trasciende nuestras facultades y posibilidades; pero cooperamos a nuestra salvación porque depende de nuestra decisión de amar, siempre contando con la misericordia de Dios, sin la cual nada podríamos. 

El acto creador es la expresión del amor de Dios por nosotros; la propia salvación es la expresión del amor nuestro por Dios.

Nuestra salvación no la hemos conseguido nosotros, pues fue Cristo quien la consiguió para nosotros; pero nosotros tenemos que alargar la mano para recibirla, con nuestros actos y nuestra vida.


Enlaces relacionados:
Amor y libertad en la Trinidad
Cristo, la Verdad
La Virgen María, la nueva Eva

jueves, 22 de septiembre de 2011

Citas Bíblicas que deberíamos leer los católicos (VII)

El Antiguo Testamento nos brinda algunas joyas de la sensatez y la cordura que no perecen con el paso del tiempo. Y además tenemos garantizado el sello que le imprime el ser Palabra de Dios.
Claro está, siempre que lo interpretemos a la luz del mandamiento de Cristo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Esta es la clave de interpretación que no falla.


Cosas de las que no hay que avergonzarse (Eclo 42, 1-8)


Pero no te avergüences de lo siguiente,
ni peques por respeto humano:


de la Ley del Altísimo y de su Alianza, 
del juicio que justifica a los impíos,
de arreglar cuentas con el compañero de viaje,
de compartir tu herencia con otros,
de usar balanzas y pesas exactas,
de obtener grandes o pequeñas ganancias,
de obtener beneficios en el comercio,
de corregir con rigor a los hijos,
de tundir los lomos a un mal siervo.


Donde hay mujer malvada bueno es usar la cerradura,
y donde hay muchas manos poner las cosas bajo llave.
Lo que dejes en depósito, cuéntalo y pésalo,
el haber y el debe, vaya todo por escrito.


No te avergüences de corregir al necio y al insensato,
ni al viejo decrépito que litiga como un joven.
Así serás verdaderamente educado
y apreciado por todos.


Enlaces relacionados:
El salmo 24
El nombre de Dios en los LXX
¿Existió Pilatos?
Cosas de las que hay que avergonzarse

martes, 20 de septiembre de 2011

Reacciona: estás vivo... espero que lo logres (Video de Regnum Christi)



Un video sobre ser persona.


El sentido de la vida.


Para querer hay que querer querer.


Si no te mueves, nunca tendrás la opción de mejorar.


Imágenes y audio al servicio de tu ser, no de tus sentidos.


Meditar, trascender, ir más allá para encontrarte a mismo.


Vivir la propia vida de entrega a los demás; lo contrario, no es vivir.


(Puedes ver el video y descargarlo en el siguiente enlace. Te recomiendo que busques un momento de paz en tu exterior y en tu interior para verlo. Duración: 14' 26")




Enlaces relacionados:
Amor sólido (Videos)
La adoración eucarística perpetua (Videos)
Milagros eucarísticos (Videos)

lunes, 19 de septiembre de 2011

Las flechas en la aljaba (IX): Fidelidad hasta la muerte



No recuerdo su nombre, pero no es imprescindible. 
Fue un mártir de la revolución cristera de México de 1926. 
Muchos cristianos fueron conducidos como perros a su martirio, pero todos ellos fueron con alegría y perdonando a sus captores.
Son ejemplo para nosotros en el trance de la muerte y para nuestra vida cotidiana.
Las palabras de este mártir nos fueron legadas por otros testigos:


Antes morir que fallarle a Jesús


Enlaces relacionados:

viernes, 16 de septiembre de 2011

Pensamientos (XLI): Beato Juan Pablo II, el Grande: Hacer lo que Dios quiere.

Sin embargo, no se trata sólo de saber lo que Dios quiere de nosotros, de cada uno de nosotros en las diversas situaciones de la vida. 
Sino que es necesario hacer aquéllo que Dios quiere.


Beato Juan Pablo II, el Grande


Enlaces relacionados:
Esto sí... y aquéllo también
Sobre la fe cristiana
Carta de David Cameron

martes, 13 de septiembre de 2011

Las flechas en la aljaba (VIII): Qué hacer cuando nos engañan

No hace mucho tiempo, un santo sacerdote que vivía pobremente daba limosna a un mendigo. Una persona de buena fe, viendo la escena, se le acercó y le dijo:
"Padre, usted tiene un gran corazón y hace una obra maravillosa. Pero ese hombre es un degenerado, ha cometido crímenes, maltrata a su familia, utiliza el dinero para cosas deshonestas...".
El sacerdote, hombre de Dios y prudente, le interrumpió y le dijo:

"Él me dice que es para una necesidad, y yo le creo.
Lo demás depende de su conciencia"


La búsqueda sincera de la santidad corre frecuentemente el riesgo de caer en la efectividad a costa de lo verdaderamente importante, el amor
Las palabras de este santo sacerdote nos revelan la íntima coherencia de los actos de los santos, no siempre evidente a todos: el amor solicitado por Cristo de todos nosotros no está condicionado a la obtención de resultados
El Señor no quiere que busquemos la rentabilidad en nuestros actos, sino la expresión más pura posible del amor y la cercanía con los demás.
El amor al que debemos aspirar es el que consiste sólo en dar, y no esperar nada a cambio. 
El amor que me pide Jesús no depende de la conciencia de mi prójimo, sino de la mía.
Éste es el amor auténtico.

Enlaces relacionados:

domingo, 11 de septiembre de 2011

Los regalos misteriosos de Dios

Aunque Margarita fue una persona con un sentido religioso en su vida, su padre, Roberto, no lo tuvo.  Vivió al margen de la fe  aunque en el fondo no fue una mala persona. Además, la relación entre ambos no puede decirse que fuera la mejor posible. 
Vivían en un población costera y no compartían casi ninguna afición en el día a día. No tenían mucha sintonía entre ambos y así fue pasando la vida.
Llegó la hora en que ella tuvo que enfrentar la muerte de su padre, víctima de una larga enfermedad. Sus sentimientos pugnaban en su interior, pues aunque no había renegado de él nunca, la relación se había enfriado hasta distanciarlos en buena medida.
Las cosas se precipitaron de una manera imprevista, y cuando el médico le dijo que su situación era prácticamente irreversible, ella preguntó si le quedaría mucho tiempo de vida. El doctor no supo qué contestar.
Súbitamente en lo primero que pensó fue en llamar al capellán del hospital en que estaba ingresado para que le administrara el sacramento de la unción de enfermos. No pasó mucho tiempo cuando el sacerdote llegó hasta su lado; el enfermo no estaba consciente, por lo que los intentos de comunicarse con Roberto fueron inútiles. El sacerdote, con extrema delicadeza le administró los santos sacramentos y la bendición de Su Santidad y le dirigió a ella unas palabras de consuelo y de apoyo.
Él falleció a las pocas horas. 
Ella no dejó de pensar que aquello había sido preparado por Alguien para que sucediera así, no por azar, sino guiado por su mano poderosa: en lo primero en lo que pensó al oir al médico fue en preparar lo más importante, la salvación del alma de su padre, apenas hubo el tiempo justo para administrarle los últimos viáticos, todo salió rodado...
Probablemente si él hubiera estado consciente, no sabemos si hubiera pedido los sacramentos, pero Dios lo preparó todo así. Y de esta manera le hizo saber a ella que aunque su relación no había sido la mejor mientras los dos vivían, su padre sí era importante para Él. Dios y sus prioridades.
Durante muchos años ella agradeció a Dios todos los días este don que había recibido: Dios salvó a su propio padre, cuando ella  ya lo daba por perdido para la fe, y haciéndolo, le había hecho una caricia inolvidable.
Otras personas viven una vida de fe firme y leal, y la pedagogía divina no estima necesario comunicarle a sus familiares que necesiten de un último consuelo. Pero Roberto había estado alejado de la Iglesia, sin mala voluntad pero con dejadez e indolencia, y Dios quiso hacerle el regalo a su hija de saber a ciencia cierta que algo que era muy importante para ella, le había sido otorgado a su propio padre en sus últimos momentos.
Qué dulces son las caricias que Dios nos hace cuando menos las esperamos.


Enlaces relacionados:
Pío XII: cómo podemos cooperar unos en la salvación de otros
La unción de los enfermos perdona los pecados

La unción de los enfermos perdona los pecados

Abrimos hoy el Catecismo de la Iglesia y nos dirigimos al n. 1532. En él encontramos la doctrina católica sobre los efectos del Sacramento de la Unción de los enfermos.
Es muy útil que conozcamos esta doctrina para nuestra propia vida y la de las personas que dependen de un modo u otro de nosotros.


Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1532: 
La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos:
— la unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia;
— el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez; 
— el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la penitencia; 
— el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual; 
— la preparación para el paso a la vida eterna.


Enlaces relacionados:
El pecado imperdonable
Formas de la adoración eucarística
Los regalos misteriosos de Dios

sábado, 10 de septiembre de 2011

Contra la "muerte digna"

En recientes fechas, en España, hemos vivido el caso de una anciana, Ramona Estévez, que tras sufrir un infarto cerebral y hallarse en extrema gravedad, las autoridades han decidido dejar de alimentarla para que falleciera, invocando la "Ley de muerte digna". Ramona ha sobrevivido durante 2 semanas sin alimentación, al cabo de las cuáles, falleció.
Esta Ley que nos gobierna en el Sur de España permite que a un enfermo en estado terminal se le deje de alimentar, es decir, que se le mate por hambre. Es difícil imaginar una crueldad mayor, porque aunque supuestamente se hallaba sedada, no podemos ni imaginar qué habrá ocurrido por su mente estos días.
Estas prácticas eugenésicas, propias de cualquier régimen de inspiración hitleriana, se nos quieren vender como "progreso", "avance" y "calidad de vida".
Ante las frecuentes consultas de personas preocupadas por que les puedan aplicar algún día esta Ley (esperemos que prontamente derogada), la asociación de Abogados Cristianos ha elaborado un modelo de declaración que cualquier anciano o persona de salud precaria puede firmar para el caso de que llegara a una situación en la que no se encuentre consciente ante su agravamiento, pueda haber expresado su deseo de no ser sometido a dichas prácticas.
Adjunto en este mensaje dicho modelo en formato word y pdf.


Modelo de declaración (word, 39,5 kb)
Modelo de declaración (pdf, 26,2 kb)


Fuente: Hazte Oir


Enlaces relacionados:
Curar a los enfermos, sin eliminar a nadie